En el Pantanal de Brasil los incendios forestales están causando estragos. Este humedal alberga la mitad de los jaguares del mundo y la mayoría se concentra en esta región. Los incendios actuales, provocados por una sequía prolongada, han generado más de 3000 focos de incendio en la primera quincena de noviembre, el peor dato en 21 años.
Los incendios son habituales durante la estación seca pero este mes ha experimentado una cantidad inusualmente alta. Este humedal arde sin control desde hace casi un mes, y las llamas han alcanzado la carretera Transpantaneira, amenazando las haciendas que dependen del ecoturismo.
Esta situación pone en peligro el desarrollo sostenible de la región, afectando a reservas naturales y áreas indígenas. Decenas de voluntarios luchan contra el tiempo para rescatar animales en un paisaje devastador, mientras los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul declaran el estado de emergencia. La respuesta del gobierno central incluye la movilización de brigadistas y helicópteros, y se evalúa la posible participación del Ejército en la lucha contra las llamas.
Estos incendios también pueden ser causadores de una ola de calor en las ciudades brasileñas, llevando a Río de Janeiro a alcanzar una sensación térmica de 50,5 grados. Más de 1.400 municipios en 13 estados están en alerta extrema debido a estas temperaturas. A pesar de la elevada demanda de energía y la búsqueda frenética de aires acondicionados, las presas hidroeléctricas, principal fuente de energía del país, reducen el riesgo de apagones. Sin embargo, el clima extremo también desencadena fenómenos asociados, como lluvias torrenciales récord en el sur de Brasil, aumentando el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra. La sequía histórica en la Amazonía y los incendios en el Pantanal agravan las tragedias ambientales asociadas al clima seco.
La alarmante convergencia entre la devastación en el Pantanal debido a incendios récord y la ola de calor en varias ciudades brasileñas destaca la urgencia de abordar el cambio climático. Ambos eventos ponen de manifiesto los impactos adversos de las condiciones climáticas extremas en Brasil, con incendios forestales dañando ecosistemas vitales y la ola de calor generando desafíos para la salud pública y la infraestructura eléctrica. Estas crisis subrayan la necesidad de acciones tanto a nivel global como local para mitigar el cambio climático y proteger ecosistemas cruciales, al tiempo que nos adaptamos a una realidad climática en constante evolución.
https://elpais.com/america/2023-11-19/el-fuego-devora-el-pantanal-el-mayor-refugio-de-jaguares-del-mundo.html
https://elpais.com/america/2023-11-14/una-ola-de-calor-inedita-coloca-a-un-cuarto-de-las-ciudades-de-brasil-en-alerta-extrema.html
https://english.elpais.com/international/2023-11-18/taylor-swift-fan-dies-at-rio-concert-as-fans-complain-about-high-temperatures-and-lack-of-water.html
