El mes de septiembre fue el peor del año para la población portuguesa, con cerca de 119.602 hectáreas que ardieran, lo que representa cerca de 3.4 veces más que el área que ardió en 2023.
Portugal sufrió la peor época de fuegos forestales del año en el último mes de septiembre, tanto en área ardida, como en víctimas mortales.
Desde el domingo 15, han ardido unas 119.602 hectáreas de matorral, sobre todo en el norte del país. Por ejemplo, en la zona de Viseu, Dão y Lafões, 36.358 hectáreas han ardido en los últimos cinco días (del 15 al 19 de septiembre), un valor que supera el número de hectáreas que ardieron en el año civil anterior, que se estimó en 34.509 hectáreas.
En la Región de Aveiro, el fuego consumió 26.784 hectáreas, lo que supera el número de hectáreas quemadas en 2020, alrededor de 28.361.
Aún más al norte, las estimaciones apuntan a unas 20.200 hectáreas quemadas en la zona de Tâmega e Sousa.
El área metropolitana de Oporto tampoco ha escapado ileso, con incendios en la zona de Gondomar y Arouca, donde se han quemado 15.831 hectáreas.
El EFFIS (Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales) calcula que desde principios de 2024 han ardido en Portugal más de 139.000 hectáreas. Esta estadística sitúa a 2024 como el año con mayor superficie quemada desde 2017. Sin embargo, 2024 no es el peor año cuando hablamos de superficie quemada de los últimos tiempos, quedando por detrás de 2016 (167.000), 2013 (140.000) y 2003 (471.000).
En la mañana del 18 de septiembre, alrededor de 4.000 operativos se encontraban sobre el terreno luchando contra 79 incendios activos. Se calcula que hubo 77 heridos y 7 víctimas mortales.
Fuente: INE- Superficie quemada (ha), Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales
El impacto medioambiental de estos incendios es catastrófico. Además de la destrucción del paisaje, otros efectos devastadores de los incendios son:
-La destrucción de la propiedad privada, con la destrucción de casas y fábricas. La maquinaria agrícola e industrial que funciona con gasolina/diesel hace que estos incendios sean aún más peligrosos.
-El impacto sobre los ecosistemas afectados, no sólo la vegetación sino también la fauna. La muerte de plantas necesarias para la subsistencia de ciertos animales hace que éstos se queden sin alimento y acaben muriendo, lo que provoca la extinción de especies.
– Los incendios generan enormes emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, lo que, unido a la destrucción de los árboles que absorben el CO2, provoca un aumento de la temperatura global. Además, los humos emitidos tienen consecuencias para la salud humana, como irritación ocular y problemas respiratorios.
-Debido a la muerte de las plantas, el suelo se vuelve inestable y, con la acción erosiva del viento y la lluvia, provoca corrimientos de tierra.
Como se ve, los incendios forestales son devastadores para la población y para la Tierra. Por eso todos debemos hacer lo que podamos para prevenir los incendios.
Algunas de las cosas que podemos hacer son:
– Mantener despejadas las zonas forestales alrededor de las casas;
– Crear caminos que atraviesen los incendios y faciliten el acceso de los servicios de emergencia;
– No dejar productos inflamables, como gasolina, en lugares inseguros y aislados;
– No encender cigarrillos ni hogueras en zonas forestales;
– Tener cuidado con los extraños en los alrededores de las zonas forestales;
En conclusión, los incendios forestales son devastadores, pero también muy evitables. Todos podemos hacer algo para detener este fenómeno catastrófico para la naturaleza, la economía y la sociedad humana.
Fuentes: