SEPARADOS PERO JUNTOS…
En el mundo en el que vivimos, tan sacudido por las crisis económicas, es cada vez más común encontrar parejas separadas que optan por permanecer juntas, bajo el mismo techo, incluso después de haber solicitado el divorcio. Ahora sólo tienen una relación estatal, relacionada con la dirección. Muchos lo hacen por miedo a que, cuando dejen su casa, la pierdan en manos de su ex cónyuge, pero otros deciden hacerlo porque les resulta más fácil moverse o incluso económicamente.
Por ejemplo, evitando precios elevados de alquiler o viviendas nuevas, lo que supone, de alguna manera, una ayuda para una persona que hasta entonces vivía una vida compartida. O dividir gastos y gastos. Algunos eligen esto al menos por un tiempo, hasta que sus vidas vuelvan a encarrilarse. lo cual es muy común en madres que no tenían trabajo y vivían en dependencia de sus maridos. Ahora están expuestos a un nuevo modelo de vida en el que necesitan ser independientes.
En España, según el Instituto Nacional de Estadística, se registraron 76.685 divorcios el año pasado. El barómetro del CIS de septiembre destaca que, tras los problemas económicos, la vivienda es uno de los principales asuntos que afectan a los españoles. Según Jimena Marcos en El País, entre el 20% y 30% de las exparejas siguen conviviendo debido a dificultades económicas, como el aumento de precios en ciudades grandes y la limitada oferta laboral y de vivienda en ciudades pequeñas. Estas dificultades impactan las relaciones desde el inicio, cuando las parejas se apresuran a convivir por los altos alquileres, hasta el final, al verse obligadas a compartir vivienda tras separarse.
CONSECUENCIAS…
Sin embargo, muchas parejas que viven así admiten dos posibilidades: o retoman pronto su relación, más fuertes que antes, o simplemente tienden a despreciarse, lo que desemboca en muchos casos de depresión e incapacidad.
Para muchos resulta en un período oscuro y turbulento. Dudan en su salud y en su propia capacidad para seguir adelante. No viven, simplemente sobreviven. Y siempre están en armas.
LOS NINÕS…
Algunos argumentan que esto es bueno en un hogar con niños, donde los padres están al mismo tiempo. Sin embargo, si esto significa disputas constantes, en cambio crean un ambiente de trauma e inestabilidad para los niños.
AL CONTRARIO…
Las parejas conocidas como LAT (Living Apart Together), aunque tienen una relación íntima, deciden vivir en residencias separadas, ya sea en el mismo barrio, edificio o incluso en ciudades distintas. Este estilo de vida, adoptado por diversos motivos, evita el desgaste de la convivencia diaria, una de las causas más comunes de ruptura. Al vivir separados, las parejas pueden disfrutar de una relación más saludable, con menos discusiones y más tiempo de calidad cuando están juntas. Además, esta elección les permite mantener una vida social más variada y dedicar tiempo a sí mismos, familiares y amigos, evitando la dependencia mutua y la monotonía.
FUENTES…