
María Pichot es una profesora de expresión corporal y artista argentina, también activista y militante contra la violencia obstétrica. Una mezcla que ha recibido el nombre de «artivismo». Recorre su obra la convicción de que nacer y maternar son actos políticos. Su libro más reciente es El recetario completo de la violencia obstétrica.
Sus obras más polémicas forman parte de la serie Mutiladas. A esta serie pertenece “El origen del mundo con episiotomía”, una recreación del controvertido cuadro de Courbet del mismo nombre. Reinterpretaciones de obras pictóricas clásicas, entre las que se encuentran cuadros de Goya o Courbet, en las que se han añadido, a los personajes femeninos, cicatrices resultantes de prácticas médicas innecesarias y abusivas típicas del parto. Una subversión de narrativas que me recuerda mucho a los relatos de Angela Carter en “The Bloody Chamber”, en los que reescribe cuentos tradicionales desafiando los roles de género y la violencia patriarcal.
Según El Parto es nuestro (2016) la violencia obstétrica es el acto de ignorar la autonomía y autoridad de las madres, así como sus necesidades emocionales y el progresar natural de su trabajo de parto. Es considerada una forma de violencia de género perpetrada durante el embarazo, parto o puerperio por parte del equipo médico. Podemos verla reflejada en prácticas como la falta de información, el consentimiento forzado, la negación de analgesia e incluso en el trato paternalista y humillante que muchas víctimas relatan.
Una de estas prácticas desactualizadas es la episiotomía de rutina, muchas veces comparada con un tipo de mutilación genital femenina. El origen del mundo con episiotomía reflexiona sobre esta forma de violencia. El cuerpo de la mujer, desde los albores de la humanidad, ha sido fuente de inspiración para muchos artistas. La anatomía femenina ha sido incansablemente representada, asociada al erotismo y destinada a complacer la vista del hombre. La obra de Pichot interroga al espectador, provocando su rechazo contra la práctica de mutilar esas mismas obras de arte tantas veces idealizadas.
Todas las mujeres deberían tener acceso a un parto digno y respetado. Tal vez la palabra más acertada sería humano. María Pichot reabre heridas y conversaciones en torno a la atención al parto. Pues, aunque no todos somos madres, todos nacemos, y es de extrema importancia replantearnos cómo. Por desgracia, esta práctica tan común en muchos países, también en España, es aún invisible, especialmente en términos legales. En un momento en que las expectativas sobre la crianza no paran de aumentar, el arte de María Pichot nos invita a reflexionar. ¿Será posible que madres traumatizadas puedan criar a hijos sanos?
Referencias:
Carter, A. (2012). The Bloody Chamber and Other Stories. Random House.
El Parto es Nuestro (2016). Informe del Observatorio español de la Violencia Obstétrica. https://www.elpartoesnuestro.es/sites/default/files/public/OVO/informeovo2016.pdf. Consultado el 06/05/2205