Seis jóvenes portugueses han llevado a 32 países ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, acusándolos de incumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos al no protegerlos del cambio climático.
En un audaz acto de valentía y determinación, seis jóvenes portugueses han demandado a 32 países europeos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por su inacción climática. Mariana Agostinho (11 años), André Oliveira (15), Sofia Oliveira (18), Martim Agostinho (20), Catarina Mota (23) y Claúdia Agostinho (24) han tomado la decisión de llevar ante el tribunal a los Estados miembros de la Unión Europea (UE), junto con Reino Unido, Suiza, Noruega, Rusia y Turquía, después de los catastróficos incendios que asolaron Portugal en 2017.
Esos incendios, argumentan los demandantes, fueron «una consecuencia directa del cambio climático» y provocaron graves problemas de salud, incluyendo «alteraciones en el sueño, alergias, problemas respiratorios (…) y ansiedad».
Este grupo de jóvenes, afectados personalmente por la crisis climática, sostiene que los países demandados están violando sus derechos fundamentales, como por ejemplo, «el derecho a la vida (artículo 2), el derecho a no sufrir tortura ni otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes (artículo 3), el derecho a la vida privada y familiar (artículo 8) y el derecho a no sufrir discriminación por motivos de edad (artículo 14 interpretado conjuntamente con el artículo 2 y/o el artículo 8).»
La verdad es que si esta histórica demanda tiene éxito, los 32 países podrían ser legalmente obligados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Amnistía Internacional, uno de los grupos que apoyan a los demandantes, defiende que los gobiernos deben proteger los derechos humanos a nivel internacional por medio de políticas climáticas efectivas.
Estos jóvenes activistas están mostrando que existen vías legales para alcanzar la deseada justicia climática. Mandi Mudarikwa, directora de Litigio Estratégico de Amnistía Internacional, enfatiza que esta generación y las siguientes sufrirán las peores consecuencias del cambio climático. Por consiguiente, es imperativo que los Estados actúen de inmediato para detener esta creciente catástrofe. Mudarikwa insta a un «abandono progresivo de los combustibles fósiles» para mitigar los impactos del cambio climático.
Además, este caso ha atraído la atención internacional debido a la controvertida decisión del primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak. A pesar de la creciente conciencia sobre la crisis climática, Sunak anunció recientemente que revertiría algunas medidas del plan impulsado por Boris Johnson, su predecesor, para alcanzar el objetivo de emisiones cero. Sorprendentemente, también ha dado luz verde al desarrollo del mayor campo petrolífero aún por explotar en el Mar del Norte, una decisión que ha sido duramente criticada por activistas climáticos y expertos en medio ambiente.
La vista judicial de estos valientes jóvenes portugueses llega en un momento crucial, después de un verano marcado por fenómenos climáticos extremos. Sin embargo, este caso no solo representa la lucha de seis individuos, sino también un paso significativo hacia la responsabilidad global en la lucha contra el cambio climático. Ahora, el mundo observa con atención, esperando que este acto de valentía inspire cambios significativos y acciones inmediatas para proteger nuestro planeta y las generaciones futuras. En un momento donde la conciencia climática global está en su punto álgido, este caso se convierte en un faro de esperanza y acción para todos los ciudadanos del mundo.
Fuentes: El Mundo, Amnistía Internacional y Público
