Viajar es muy importante para ampliar nuestros horizontes, tanto cultural como religiosamente, así como en términos de comunicación e interacción con otras personas.
Cuando viajas, acabas conociendo nuevas culturas, tradiciones y costumbres. Si viajamos fuera de nuestro país nos topamos con un idioma diferente al que estamos acostumbrados, lo que enriquecerá nuestros conocimientos, ya que el solo hecho de escuchar una simple palabra de una forma diferente despierta fascinación e incluso ganas de escucharla y aprender más sobre este idioma. Esto a menudo lleva al aprendizaje de un nuevo idioma, no sólo durante el viaje, sino también después.
Se ha demostrado en estudios que comunicarse con personas de otras culturas ayuda a desarrollar la comprensión y la tolerancia entre los individuos, lo que también es bueno para la interacción entre culturas distintas haciendo con que los prejuicios que se pueda tener al inicio se vayan desapareciendo.
Viajar también ayuda a mejorar las capacidades cognitivas, como la concentración, la memoria y la multitarea de las que somos capaces los humanos porque tenemos que vivir a un lugar en que no estamos familiarizados y tenemos que saber lo básico para poder aprender más sobre otras culturas. Además, aprendemos más sobre las tradiciones de cada país, que pueden ser bastante diferentes a las nuestras, aumentando así nuestro interés por viajar y nuestro conocimiento general.
Con este tipo de viajes también conocemos mejor el país que visitamos y conocemos su historia, dificultades y logros. Además de todo esto, una de las ventajas de explorar otros países es entrar en contacto con otros tipos de gastronomía, con platos tradicionales y característicos de cada país, que revelan diferentes hábitos alimentarios, incluso dentro de cada país, existen platos regionales que identifican esa región.
Al viajar por varios países, abordamos otras religiones, como la católica, musulmana, judía, protestante, entre otras… y la influencia que tienen en las costumbres locales de tu país. Al reconocer la existencia de otras religiones, no solo aprendemos a superar los límites, sino también a aumentar la comprensión de las creencias individuales y a comprender y derribar las barreras prejuiciosas que aún existen en nuestra sociedad que nos distancian de las personas.
Hacer que nuestro mundo sea cada vez menos peligroso para vivir debería ser nuestra primera preocupación con ello, porque personas con muy prejuicio no van aprovechar tanto.
Sin embargo, también puedes realizar un viaje dentro de tu propio país, desplazándote a una región distinta a la que vivimos. En estos viajes podemos ampliar nuestros horizontes, ya que las tradiciones y culturas varían, no sólo de un país a otro, sino también de una región a otra. Conocer regiones de nuestro propio país también es importante porque no solo es una forma de conocer la historia del país, sino que también es una forma de rescatar la tradición del país. Es también una forma de conocer nuestro pasado y nuestra propia identidad.
Concluyendo, viajar es una forma de instrucción, ya que amplía nuestros conocimientos, enseñándonos costumbres diferentes a las nuestras y alertándonos sobre la historia de diferentes regiones y países, de una manera divertida y hermosa.